martes, 17 de marzo de 2009

Derechos sexuales y reproductivos


¿Qué es un Derecho?

Es la potestad que tienen los seres humanos para decidir si hacer o no hacer algo, o de exigir beneficios que le permitan vivir en sociedad.

¿Qué son los Derechos Humanos (DDHH)?

Son un conjunto de derechos que le permiten a la persona desarrollarse en todos los ámbitos sin importar su sexo, religión, color de piel, orientación sexual, etc.

¿Qué son los Derechos Sexuales y Reproductivos?

Son aquellos derechos que permiten a las personas convivir sin distinciones de sexo, sin riesgos y sin violencia en cuanto a la sexualidad y la reproducción se refiere, y además forman parte de los derechos humanos.

¿Cuáles son los Derechos Sexuales y Reproductivos?

Los Derechos Sexuales y Reproductivos están estrechamente relacionados con algunos Derechos Humanos como son el derecho a la vida, a la igualdad, a la libertad, a la seguridad, a la privacidad, a la información y la educación, a la salud, entre otros.
Entre los principales derechos que existen en el campo de la sexualidad y la reproducción tenemos:

Derecho a la vida: consiste en el derecho que tienen por igual las personas a no morir por alguna Infección de Transmisión Sexual, y en el caso específico de la mujer por algún embarazo o parto de riesgo.

Derecho a la información y a la educación: se refiere al derecho que tienen las personas de conocer su cuerpo, el funcionamiento del mismo y la forma de prevenir enfermedades, así como información sobre el cuidado de la salud durante el embarazo.

Derecho a la igualdad: es el derecho que permite a la persona no ser discriminada por su sexo (mujer u hombre), por su orientación sexual (homosexual, bisexual o heterosexual), por convivir con el VIH o algún otro virus, por usar algún método anticonceptivo o por estar embarazada.

Derecho a la libertad y la seguridad: se relaciona con la libertad para decidir si tener relaciones sexuales o no, con quién, y con qué frecuencia, evitando poner en riesgo la salud física, sexual y psicológica.

Derecho a estar libre de violencia: la persona tiene el derecho a no recibir violencia física, psicológica o sexual, es decir, a tener una vida libre de violencia.

Derecho a libertad de opinión y de pensamiento: los seres humanos tienen el derecho a opinar y vivir su sexualidad sin ningún tipo de restricción o violencia verbal, física y psicológica.

Derecho a la atención de la salud: toda persona tienen el derecho a recibir atención médica y social de manera oportuna y de acuerdo a las necesidades que presente.

Derecho a los beneficios del progreso científico: relacionado con el acceso a los beneficios que brinda la ciencia en cuanto a métodos anticonceptivos, incluyendo en estos la Anticoncepción de Emergencia u otros, tratamiento para infecciones, atención del embarazo, entre otros.

Derecho a la privacidad y la confidencialidad: se refiere a asumir una actitud de respeto ante los asuntos privados de las personas. En los casos de las personas que proveen servicios deben garantizar la confidencialidad de la información que reciben.

Derecho a contraer matrimonio o no: tanto el hombre como la mujer tienen el derecho a elegir si se casa, con quién y cuándo; no es obligatorio permanecer casado/a ni unido/a con alguien.

Derecho a decidir si tener o no hijos/as, cuántos tener y cuándo: la decisión de la mujer de ser madre y del hombre de ser padre es personal.

Derecho a la reunión y la participación política: las personas tienen el derecho a formar grupos de promoción de los derechos sexuales y reproductivos, de manera tal que todos y todas puedan disfrutar de una adecuada salud sexual y reproductiva.
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¿Cuándo son violados tus derechos?

Tus derechos son violados cuando:

Eres discriminado/ a por diferencia de sexo u orientación sexual, por convivir con alguna infección o enfermedad, por estar embarazada, etc.
Cuando se te niega información sobre tu sexualidad y el cuidado de tu salud sexual y reproductiva.
Cuando eres obligado/a a mantener relaciones sexuales sin tu consentimiento.
Cuando eres maltratado/a física y psicológicamente.
Cuando se te niega asistencia médica, psicológica y social.
Cuando no tienes acceso a métodos anticonceptivos, tratamientos para infecciones o virus relacionados con sexualidad y reproducción.
Cuando no se respeta tu privacidad.
Cuando eres obligado/a a contraer matrimonio o permanecer casado/a o unido/a con alguien.
Cuando eres obligado/a a tener hijos.
Cuando no se te permite pertenecer a agrupaciones de apoyo y promoción de la salud sexual y reproductiva y tus derechos.

El artículo 50 de la LOPNA (Ley Orgánica para la Protección del Niño
y del Adolescente expresa:

“Todos los niños y adolescentes tienen derecho a ser informados y educados, de acuerdo a su desarrollo, en salud sexual y reproductiva para una conducta sexual y una maternidad y paternidad responsable, sana, voluntaria y sin riesgos.

El Estado, con la activa participación de la sociedad, debe garantizar servicios y programas de atención de salud sexual y reproductiva a todos los niños y adolescentes. Estos servicios y programas deben ser accesibles económicamente, confidenciales, resguardar el derecho a la vida privada de los niños y adolescentes y respetar su libre consentimiento, basado en una información oportuna y veraz. Los adolescentes mayores de 14 años de edad tienen derecho a solicitar por si mismos y a recibir servicios”

¿A dónde puedes acudir si violan tus derechos?

A los Consejos de Derechos que existen actualmente en nuestro país en cada municipio. puedes saber cual te corresponde dependiendo en donde vivas, visitando la página www.cndna.gov.ve.


Derechos sexuales y reproductivos femeninos


¿En realidad conocemos los derechos sexuales y reproductivos femeninos?

En países desarrollados como el nuestro existen muchas deficiencias en aprobaciones de leyes y al mismo tiempo la mala capacidad de hacer valer los derechos humanos del todos los ciudadanos. Nuestro país no es la excepción pues tiene muchas deficiencias a las cuales no se les toma la debida importancia. Uno de tantos es el derecho a la sexualidad y la reproducción femenina.


Nuestras culturas Latinoamericanas ven a la mujer meramente como la que está destinada a la maternidad y a cuidar a sus hijos. La misma cultura ha reforzado esta idea y al mismo tiempo la idea que la mujer depende en un gran porcentaje del hombre. Lo cual sabemos que no es tan cierto como lo afirman ellos, pues muchas mujeres en nuestros tiempos trabajan y además ejercen el rol de madre, esposa, amiga, estudiante, hermana, etc.

Por otra parte, todas las mujeres tenemos el derecho a decidir y a escoger los recursos necesarios para que se pueda disfrutar del sexo y además de la toma de decisiones efectivas para evitar un embarazo. El problema es que la misma sociedad patriarcal decide por las mujeres, pues es el hombre que toma la opción de tener hijos y la manipulación en el acto sexual sin dejar que la mujer exprese sus derechos para ser madre o para el mero disfrute de la vida sexual.

La sociedad implementa una fórmula muy interesante y cavernícola como lo es matrimonio igual a reproducción, lo cual sabemos que no debe ser tomado desde ese punto de vista, pues la mujer tiene el derecho a decidir cuando quiere comenzar a tener hijos, (pues no es una máquina reproductora de hijos) para poder disfrutar de una vida sexual activa con la pareja. Hay casos donde las señoritas se casan ya embarazadas, y es aquí donde se puede ver la falta de educación sexual, pues no ha existido una información adecuada para que exista un goce sexual con responsabilidad.

Hay muchos problemas graves respecto al tema de la reproducción y derechos sexuales, hay mucha carencia de información acerca de este tema que es muy importante para todas las personas. El derecho a conocer acerca de métodos anticonceptivos, a tener una educación sobre la sexualidad no se emplea, el derecho a decidir con quien tener o no intimidad, etc. Son uno de tantos derechos de los cuales todas las mujeres deberían de conocer para llevarlos a la práctica.

Además, uno de los obstáculos a la utilización de anticonceptivos es muy fuerte, por la misma falta de educación sexual para mostrar los beneficios de estos productos, ya que muchas mujeres saben que existen métodos como la pastilla, la inyección, el condón masculino y la esterilización. Pero hay otras que no saben de la existencia de anticonceptivos intrauterinos, la vasectomía (esterilización masculina), parches, condones femeninos, espumas, tabletas vaginales, cremas que traen espermicidas los cuales ocasionan la ruptura de la membrana del espermatozoide, etc. Y dejan que el hombre decida por el coito interrumpido, el cual sabemos que es una opción muy arriesgada y fácil para quedar embarazada.

La oferta limitada en el mercado de productos anticonceptivos, la pobreza y la religión son unos aspectos que interfieren l uso de estos, teniendo en cuenta de antemano que la buena utilización va asegurar que no haya más niños (no deseados o planificados) que vivan en una sociedad machista y llena de problemas sociales. Por otra parte, la negación de este recurso educativo hace que más adolescentes a temprana edad queden embarazadas, lo cual ocasiona abortos intencionales y mortalidad materna.

Por otro lado, la misma cultura patriarcal hace ver al sexo como algo sucio e impuro. La iglesia hace ver que la sexualidad se debe de hacer únicamente dentro del matrimonio, tanto hombres y mujeres deben de practicar la abstinencia antes de casarse, porque el matrimonio es sinónimo de procreación y de amor lo cual lo guiará a la unidad familiar. Pero la realidad es otra, ya que ambos (mujeres y hombres) antes de casarse tienen derecho a disfrutar de una sexualidad plena y abierta ya que tenemos el derecho de decidir qué hacer con nuestro cuerpo, pues somos dueños de él y nadie puede tomar decisiones por nosotros en ningún aspecto.

La mujer tiene la autonomía y la libertad de decidir sobre su sexualidad y también acerca de la reproducción familiar, tiene el derecho de elegir con quién, cómo y cuándo va a tener relaciones sexuales o un bebe. Tiene el derecho de sentir satisfacción, de no ser utilizada hasta el punto de ser violada por su misma pareja (tener relaciones sexuales sin su consentimiento, donde pueden existir agresiones físicas y psicológicas), al deseo y al placer es algo fundamental en una mujer para poder vivir una relación sexual plena.

Asimismo, la abstinencia sexual no es la mejor solución que plantea instituciones conservadoras como la iglesia, lo importante y fundamental en la sociedad es la educación sexual, a llamar nuestros órganos sexuales como se debe, no tildarlos como: la cosita, el pancito, la palomita y el pipí. Si comenzáramos con esto, la educación se realizaría desde la infancia y los niños crecerían con una mentalidad más abierta y con más conocimientos acerca de sus derechos sexuales y reproductivos.

Todas y todos tenemos el derecho de saber acerca de temas sexuales y reproductivos.
Asociaciones de mujeres hacer lo mejor para poder defender estos derechos para nos ser objetos de violencia, de violación y de explotación sexual. Instituciones como Las Dignas, Cemujer, Ormusa, entre otras, realizan proyectos o reformas las cuales las llevan a instancias gubernamentales para que estas se aprueben a favor de las mujeres. Estas instituciones unen sus fuerzas tanto intelectual como física para poder hacer respetar y valer los derechos femeninos ante la sociedad.

En general, instancias del gobierno, como el Ministerio de Salud o Educación, debería de hacer planes educativos constantes que abarque desde niños hasta adultos y además tener una buena capacitación en las unidades de salud, como por ejemplo impartiendo charlas acerca de las enfermedades de transmisión sexual, acerca de anticonceptivos, de la manera más adecuada para cuidar la salud reproductiva femenina, entre otros. Para que desde niños y niñas puedan escuchas esos temas que son tabúes por la misma sociedad en la que vivimos.

La sexualidad es un tema muy extenso y lleno de tabúes pero que los mismos ciudadanos debemos de hacer de lado, pues todas y todos tenemos derecho al disfrute sexual y reproductivo, a sentir satisfacción, a tener acceso a la salud, a la no discriminación a los medios necesarios para lograr bienestar tanto físico, mental y social.

lunes, 16 de marzo de 2009

La toma de decisiones en la Sexualidad


Mujeres y hombres tenemos que decidir por nosotras/os mismas/os la forma en que vamos a vivir nuestra sexualidad genital. Muchas preguntas revolotean en la cabeza: ¿hasta dónde quiero llegar cuando nos estamos besando y acariciando?, ¿quiero "hacer el amor"?, ¿me podré mantener en abstinencia?, ¿quiero esperar o prefiero hacerlo pronto?, ¿qué será mejor para mí?, y no encontramos la respuesta.
Para no tomar esto a la ligera, es necesario que pasés por todo un proceso que te permitirá tomar una decisión que sea:
√ Libre: por que no estará sujeta a presiones de tus amigas(os), de tus padres, de tu pareja, o de mitos y mandatos sociales, y tendrá un sentido positivo para tu vida.

√ Sana: porque no implicará ningún riesgo para tu salud física, emocional, espiritual y mental, ni la de tu pareja, y más bien te permitirá desarrollarte en estos campos.

√ Responsable: porque analizarás las ventajas y desventajas de tu decisión, reconocerás las cosas que te ponen en riesgo, y optarás por la que más te proteja, y sea más agradable y placentera para vos misma/o y tu pareja. El tomar decisiones sobre la sexualidad genital no puede darse de un día para otro, sin pensar y analizar detalladamente, o dejándose llevar por una corazonada o capricho. Algo que afecta la toma de decisiones en la sexualidad genital, es la creencia de que cuando se tiene una excitación el cuerpo no se puede controlar, por lo que "las hormonas deciden". Esto no es cierto, porque vos tenés el control sobre tu propio cuerpo y sobre tus hormonas, por lo que la decisión es tuya, y tus actos son tu responsabilidad. La toma de decisiones es un proceso, en el que deben tomarse en cuenta las siguientes cosas:

• Debés tener claridad sobre cuáles son tus deseos y cuál es la decisión que querés tomar. De esta forma podrás diferenciar si lo que está en juego son tus deseos o si vas a hacer algo por presión. Todo esto va a permitir que seas vos quien decida realmente lo que quiere.
• Debés contar con la información necesaria que te permita tomar una decisión. Esta información debe ser clara, sencilla y verdadera (no basada en mitos o falsas creencias). Además debe venir de fuentes confiables de información, por lo que podés recurrir a personas adultas de tu confianza (familiares, profesionales, docentes, etc.), a alguna persona del centro de salud, a algún amigo o amiga que haya recibido capacitación sobre sexualidad, etc. Pero sobre todo, buscá a alguien que pueda hablar con vos de una forma honesta, que posea información científica y reciente, y que no vaya a intentar propasarse contigo, tocarte, o pedirte hablar en lugares solitarios.
• Tenés que saber cuáles son tus sentimientos sobre tomar una decisión u otra, para lo que te podés preguntar ¿con cuál decisión me voy a sentir mejor? Esto te va a ayudar a tener más claridad sobre lo que realmente querés y a que te decidas por lo que va a ser mejor para tu bienestar y tranquilidad personal.
• Debés analizar las ventajas y desventajas de cada decisión, para que así podás tener claridad de los riesgos a los que te enfrentás (por ejemplo, embarazo, ITS/VIH-SIDA, culpa) y asumir con responsabilidad las posibles consecuencias.
• Debés tomar en cuenta las cosas que te han enseñado y lo que has aprendido sobre la sexualidad, para que la decisión que tomés no vaya en contra de tus valores y principios, y terminés sientiéndote mal. Esto también implica que revisés críticamente los mensajes sociales sobre la sexualidad que podrían limitar tu libertad y realización como persona.
• Cualquier decisión que tomés implica un nivel de responsabilidad con vos misma/o y con la otra persona. Lo que decidás va a afectarte a vos y a tu pareja, no solo en la parte física, sino también en los sentimientos. Por eso tenés que cuidarte y cuidar al otro(a) de cualquier riesgo físico, mental, emocional o espiritual.
• Tenés una serie de opciones con respecto a tu sexualidad genital, como por ejemplo la abstinencia, la autoestimulación, los juegos sexuales o las relaciones coitales. No es cierto que exista una sola forma de vivir la sexualidad (a través de la penetración) ni que esta es la única que proporciona placer.

(Fuente: "LA SEXUALIDAD Y LA SALUD SEXUAL REPRODUCTIVA DE LAS Y LOS ADOLESCENTESCON ÉNFASIS EN PREVENCIÓN DE VIH/SIDA"MÓDULO DE CAPACITACIÓN PARA ADOLESCENTESMULTIPLICADORES EN SALUDCosta Rica, 2005. PAIA – Programa Atención Integrala la Adolescencia Departamento de Salud de las Personas Caja Costarricense de Seguro Social 2005)

VALORES DE UNA SEXUALIDAD RESPONSABLE


Valores de la sexualidad responsable

- La sexualidad es una dimensión natural y sana de la vida.

- Todas las personas son sexuales.

- La sexualidad incluye dimensiones físicas, éticas, espirituales, sociales, psicológicas y emocionales.

- Todas las personas tienen dignidad y valor en sí mismas.

- Los jóvenes deberían verse a sí mismos como individuos únicos y valiosos dentro del contexto de su herencia cultural.

- Los individuos expresan su sexualidad de formas variadas.

- Los niños deberían obtener su educación sexual primaria en la familia.

- En una sociedad pluralista, las personas deben respetar y aceptar los diversos valores y creencias sobre la sexualidad.

- Las relaciones sexuales nunca deben ser coercivas o explotadoras.

- Todos los niños deben ser amados y cuidados.

- Todas las decisiones sexuales tienen consecuencias.

- Todas las personas tienen el derecho y la obligación de tomar decisiones responsables con respecto a su sexualidad.

- Las familias y la sociedad se benefician cuando los niños son capaces de hablar sobre la sexualidad con sus padres y/u otros adultos de confianza.

- Los jóvenes necesitan desarrollar sus propios valores sobre la sexualidad para volverse adultos.

- Los jóvenes exploran su sexualidad como parte de un proceso natural de llegar a la madurez sexual.

- Involucrarse de manera prematura en conductas sexuales implica riesgos.

- Los jóvenes que tienen relaciones sexuales deben tener acceso a información sobre servicios de salud y prevención del embarazo y las ITS/VIH

domingo, 15 de marzo de 2009

La Sexualidad Responsable


Posponer la iniciación sexual y expresar la sexualidad en forma responsable es una alternativa respetable para aquellos que no comparten la creencia en la castidad como virtud central o se sienten al margen de estas enseñanzas. Es bien conocido que, en la actualidad, un considerable número de adolescentes inician sus relaciones sexuales en la etapa de enamoramiento, en los noviazgos que se dan hacia el final de la adolescencia. Sin duda que en ello influye el que la sociedad sea más permisiva, los medios de comunicación alienten de varias maneras la expresión sexual y las familias no tengan la rigidez de lazos de hace unos años.

Para entender esta situación actual hay que tener en cuenta los siguientes cambios sociológicos acontecidos en el mundo occidental. Hace un siglo la edad promedio de la menarquia (inicio de la menstruación) era alrededor de los 17 años; en la actualidad se halla en torno a los 12 años y medio, mientras que la edad promedio de casamiento se ha retrasado en unos diez años aproximadamente. Así, mientras a principios de siglo la maduración biológica y la edad de matrimoniar coincidían, hacia finales de este siglo vemos que hay una docena de años separando los primeros impulsos románticos y eróticos de la posibilidad real de ganarse el sustento y de concretarlo formando un hogar. En esta situación paradójica en que se encuentran muchos jóvenes existen, obviamente, diversas alternativas. La castidad por un período de 10 a 15 años, durante la etapa de mayor intensidad de las pulsiones sexuales de la juventud, es una conducta perfectamente posible; sin embargo, no es algo que se pueda imponer, especialmente a los adolescentes tardíos o adultos jóvenes. Ellos decidirán cómo actuar, según sus convicciones personales, morales o religiosas. Aquellos que elijan expresar sus sentimientos eróticos, también necesitarán de guía y comprensión. Y nadie tiene que marginarlos.

La mayoría de los jóvenes pueden entender que la honestidad no termina en uno mismo, sino que debe volcarse en los demás, siendo importante que las relaciones se den en un plano de igualdad y de mutuo consentimiento, sabiendo ponerse en el lugar de la pareja y colocando el respeto por el prójimo por encima del placer del momento. Asimismo, hay que rechazar las actuaciones de "doble rasero" que promueven algunos padres, no importándoles que su hijo varón tenga relaciones sexuales con prostitutas (incluso animándole a ello) u otras chicas "de segunda mano", mientras no intente ninguna relación sexual con la novia "oficial".

Hace años se describían las características fundamentales del coito normal en el que debe haber primero madurez genital en ambos personajes; luego se hace necesario el mutuo consentimiento de los dos actores; sin esta condición el coito es violación; además del consentimiento debe haber libertad en la elección y total conocimiento de las consecuencias posibles; sin ello, la cópula es engaño; de la madurez, el consentimiento, la libertad y el conocimiento nace la responsabilidad.

También se debe saber que la promiscuidad sexual no es la tónica general durante la adolescencia. En un estudio psicológico, en el que se trató a un grupo de jóvenes promiscuas, se demostró que sufrían de un cuadro depresivo y de un trastorno severo en la relación madre-hija. Con el tratamiento psiquiátrico oportuno se observó que el comportamiento promiscuo desaparecía. También en estudios efectuados en los Estados Unidos se demuestra que los adolescentes, hijos de padres muy permisivos, son los más precoces en sus relaciones sexuales. Les siguen los educados con normas rígidas o autoritarias, y finalmente son los más tardíos en tener relaciones sexuales los hijos de padres que fueron moderados con sus pautas educativas o que dosificaron la libertad de acuerdo con la edad de los hijos. Los adolescentes promiscuos sexualmente o que comienzan sus relaciones sexuales muy temprano en la pubertad, suelen tener detrás una historia de carencia afectiva o de abandono, con pobre autoestima. Buscan por varios medios evadirse de la realidad. No sólo con el sexo o la fantasía del embarazo salvador, sino con los escapes de la droga, el alcohol o la velocidad.